Ermita de Santa María de Brovales tras el derribo
El juzgado de Jerez de los Caballeros ha abierto diligencias por el derribo casi total de la iglesia visigoda de Santa María de Brovales el pasado mes de marzo. El templo se encontraba en un terreno privado, en la pedanía de Brovales, justo en el mismo lugar donde también hay un yacimiento romano. El propietario de la finca tendrá que declarar como investigado por un posible delito de atentado contra el patrimonio histórico.
El templo, que fue oratorio templario, se encontraba en estado de ruina. Destacaba su portada de estilo gótico y fábrica de granito. Buena parte de la iglesia fue arrasada con una retroexcavadora a finales del pasado mes de marzo. Lo único que queda en pie es la gran espadaña barroca de la fachada principal. Todo el conjunto tenía protección como elemento singular de interés prioritario de la Junta de Extremadura.
El juzgado de Jerez de los Cabelleros ya dispone del informe realizado por la Guardia Civil sobre los hechos. En los próximos días está previsto que se tome declaración como investigado a Ignacio Bernaldo de Quirós en representación de la empresa propietaria de la finca donde se encuentra el enclave de la ermita de Brovales. Manuela Cordobés, concejala de Patrimonio, asegura que "se ha mantenido una reunión cordial y ahora falta ver como se pueden materializar las propuestas para recuperar una ermita que tiene una gran valor".
Al parecer, una obra sin licencia municipal podría estar en el origen del derribo de la antigua iglesia Santa María de Brovales.