El incendio de Llerena, que ha calcinado unas 6.000 hectáreas, también ha dejado una profunda huella en el campo extremeño. Entre los afectados se encuentra el ganadero Borja Domecq, cuya finca brava El Quinto ha perdido 1.400 hectáreas, lo que representa el 80 % de su superficie.
Una decena de reses fallecidas
Aunque la mayoría de los animales estaban alejados cuando el fuego alcanzó la finca, una decena de reses han muerto y varias más presentan heridas de gravedad. Se teme que algunas no sobrevivan, a pesar de los cuidados del equipo. “Conseguimos salvar las dos puntas de la finca, pero el resto fue imposible”, lamentó Domecq. El ganadero, junto a siete u ocho personas, luchó contra las llamas para salvar al ganado.
Daños ecológicos
El incendio ha provocado graves daños ecológicos, con árboles y monte calcinados, además de afectaciones materiales en instalaciones, alambradas y sistemas de agua. Una tragedia que refleja con crudeza la magnitud de los incendios en Extremadura y su impacto directo sobre el campo, los animales y la ganadería de la región.