En las Vegas Altas del Guadiana, las lluvias de los últimos días han traído más preocupación que alivio. En plena campaña, muchos cultivos han recibido el agua en el peor momento. Así lo asegura Antonio Jesús Rodríguez, agricultor:“Las tormentas de verano vienen mal porque han afectado a varios cultivos en distintas fases. Tanto los más tempranos como los más tardíos han sufrido daños, y por supuesto también el cereal que ya se estaba cosechando.”
El riego de enfermedades se multiplica
Pero la lluvia no llega sola: el calor extremo y la humedad disparan los problemas en el campo. El riesgo de enfermedades se multiplica. Herminio Íñiguez, agricultor e ingeniero agrónomo, advierte: “Con estos cambios de temperatura, estamos a 40 grados y de repente bajamos a 20 o 30 y la humedad, se disparan enfermedades como el oídio o el mildiu, tanto en frutales como en tomates. Esto nos obliga a tratar, lo que incrementa los costes y pone en riesgo la calidad y la producción.”
Y no solo las plantas sufren. La tecnología también ha pagado las consecuencias de las tormentas eléctricas. Antonio Jesús Rodríguez añade: “Los programadores de riego y las electroválvulas se han visto muy afectados, más que nunca.”
Unas tormentas que no solo traen agua: también retrasan, encarecen y complican la campaña agrícola en Extremadura.