La propuesta de la Unión Europea de relajar el uso de la mascarilla en personas que ya estén vacunadas contra la Covid-19 podría afectar de lleno a la empresa extremeña, Ingeluz.
Esta factoría, dedicada a la iluminación y ubicada en la localidad pacense de Alconera, cambió las luces por las mascarillas en plena pandemia. Adaptó así su negocio a la crisis sanitaria y de paso, colaboró en la fabricación de un producto muy demandado y que escaseaba durante las primeras semanas.
El responsable del Departamento de Calidad, Marcelo Pérez, ha asegurado que no les preocupa el hecho de tener que dejar de fabricar mascarillas. En una entrevista concedida a Extremadura Noticias, ha explicado que "esta actividad nació de la necesidad que existía al principio y sabíamos que tenía fecha de caducidad".
"Ojalá y la pandemia termine mañana para poder volver a iluminar las ferias de los pueblo"
En este sentido, Pérez ha dicho que "ojalá y la pandemia termine mañana para poder volver a iluminar las ferias de los pueblos en verano, y las calles de las localidades en Navidades".
Ha reconocido, no obstante, que se ha realizado un gran esfuerzo de adaptación, que ha conllevado mucha inversión, pero ha querido dejar claro que se sienten "muy orgullos de haber contribuido, con la fabricación de mascarillas, a proteger a los ciudadanos y a salvar vidas".
40% menos de facturación
Por último, y sobre cómo han sorteado esta crisis económica, Marcelo Pérez ha apuntado que la facturación de su empresa ha caído en torno al 40%, debido a la cancelación de muchos eventos. Y ha añadido que, como la mayoría, están sobreviviendo como pueden.