La Feria Internacional de Apicultura y Turismo, Apithur, ha cerrado en Caminomorisco una edición muy especial, con más de 15.000 visitantes durante los tres días de celebración, en un año especialmente difícil para el sector.
Incendios del verano
El fuego ha golpeado con fuerza a los apicultores del norte de Cáceres: miles de colmenas se quemaron y muchas otras han quedado sin alimento por la pérdida de vegetación. A ello se suman otros problemas estructurales, como las enfermedades de las abejas o los efectos del cambio climático, que han desplomado la producción. Primitivo Pino, presidente de la cooperativa Sierramiel, explica que “ha habido mucha hierba, pero hierba para las ovejas y las vacas, no para las abejas. La flor se ha venido abajo y hemos tenido un 70% menos de producción que otros años”.
Otros problemas
El sector también denuncia la competencia desleal de las mieles importadas. Según sus estimaciones, producir un kilo de miel cuesta unos 3,70 euros, mientras que las mieles procedentes del extranjero llegan a venderse por menos de dos euros. “China principalmente está triangulando las mieles", advierte Paulino Marcos, presidente de la Asociación Cacereña de Apicultores. "Las introduce por Ucrania o Portugal y acaban entrando como mieles europeas”.
A todo ello se suma la incertidumbre por la nueva PAC y la falta de ayudas directas. “O el dinero llega al bolsillo del apicultor", advierte de nuevo Pino, "o la apicultura se reducirá un 80% en una década”.
Pese a las dificultades, la feria ha logrado consolidarse como una cita clave para el sector.