El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura condena al Servicio Extremeño de Salud a indemnizar con 100.000 euros a los padres de Sandra Jiménez, la joven de Madroñera que murió de lupus. El fallo recoge que no hubo mala praxis por parte de los facultativos que trataron a Sandra, algo con lo que la familia no está de acuerdo según ha dicho la madre, Felicidad García. El fallo sí señala que no hubo consentimiento informado de un medicamento que le produjo las secuelas que acabaron finalmente con la vida de la chica.
Periplo médico
La historia de Sandra Jiménez arranca en 2013, pero no fue hasta dos años más tarde cuando le diagnosticaron la enfermedad. Ese tiempo fue un continuo ir y venir entre el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres y el Perpetuo Socorro de Badajoz. Fue en la capital pacense donde le suministraron un medicamento sin informarles de las consecuencias que podía tener. Tras pasar por otros centros sanitarios de Sevilla (la familia tuvo que recurrir a una autorización judicial) y Barcelona, finalmente falleció en noviembre de 2017 a los 20 años.
El SES acata la sentencia, aunque no ha querido entrar a valorarla. La familia ha animado a quienes se encuentren en una situación similar a denunciar.