En una finca de Moraleja llevan años recolectando almendra, un fruto del que apenas ser aprovecha un tercio: la pepita, que es lo que llega hasta nuestras casas.
El resto se desperdicia o se destina a compost o a alimentación animal. Hablamos de la cáscara que la recubre y de la capota, la piel de color verde. Pero con este proyecto quieren sacar más rendimiento a este último elemento, que supone cerca del cincuenta por ciento del producto.
"De la capota estamos sacando compuestos bioactivos que se pueden utilizar como aditivos en alimentos para mejorarlos"
No solo se investigan sus propiedades para la industria, el proyecto Capota también busca una tecnología que permita rentabilizar al máximo el producto.
"España es el tercer productor mundial de almendra y el potencial que tendría es muy grande"
El proyecto Capota se puso en marcha el pasado año y se prolongará hasta junio de 2025.