Los vecinos de Oliva de Plasencia han vuelto a mostrar su preocupación sobre el proyecto de la planta de biometano que se instalará en la localidad, en una parcela de unos 30.000 metros cuadrados. En una reunión reciente, organizada para resolver sus dudas, los habitantes del municipio expresaron su temor por el impacto medioambiental y los posibles malos olores que podría generar la planta, ubicada a menos de dos kilómetros del núcleo urbano.
El proyecto ha generado un rechazo considerable, reflejado en la presentación de 1.500 firmas en contra de su construcción. Durante el encuentro, Germán Puebla, director general de Sostenibilidad, ha ofrecido a los vecinos la posibilidad de visitar una planta similar y ha aclarado las dudas sobre el proceso, que implica la descomposición de residuos del aceite y el olivo para producir biogás y, después, biometano que será inyectado en la red de gas natural.
El alcalde de Oliva de Plasencia, Ángel González, comparte la inquietud de los vecinos, aunque ha pedido confianza en las intenciones del Gobierno regional, al que ha definido como "garantista". Por su parte, Óscar García, director del negocio de desarrollos bioenergéticos de Extremadura, ha destacado que la construcción de la planta generaría 60 empleos durante un año y que, posteriormente, operaría con seis trabajadores permanentes. Ha añadido que los impuestos derivados del proyecto se quedarían en el municipio.
El proyecto sigue en fase de información pública, donde los ciudadanos pueden presentar alegaciones.