De cara a la campaña de la fruta, en el Valle del Jerte siempre por estas fechas surge la misma preocupación: la típica costumbre de algunos de llevarse una rama de recuerdo. Los propietarios insisten en que es muy importante que no dañen sus frutales.
María Jesús tiene cuatro hectáreas plantadas con cerezos entre Piornal y Navaconcejo. Sabe bien lo que es que destrocen su terreno. Explica que cada planta es una cereza, se daña el árbol y, recuerda, las rama no echan raíces en una maceta; por lo tanto, no merece la pena llevárselas de recuerdo.
Como alterativa, hay establecimientos en la zona que venden plantones de cerezos para llevarse un trozo del Valle del Jerte a casa.