Es el momento más emocionante de las Purificás de Monroy: cuatro jóvenes de la localidad acompañan al altar a la Virgen del Rosario, cantándole coplas al son de la pandereta. Una imagen que se repite cada 2 de febrero.
Máxima expectación y prácticamente todo el pueblo volcado en esta fiesta religiosa, que representa la purificación de la Virgen que acude al templo a presentar a su Hijo.
A las 12 en punto del mediodía ha salido la imagen en procesión por los alrededores de la iglesia. Ya después, en el interior se celebraba una misa y al finalizar la homilía llegaba el momento álgido de la ceremonia: las puertas del templo se han abierto y las Purificás, cuatro jóvenes del pueblo, han hecho su aparición acompañando a la Virgen hasta el altar.
La eucaristía ha concluido con la presentación ante la Virgen de los niños que han nacido este último año en el pueblo. Una tradición que ha vuelto a emocionar un año más a los vecinos de Monroy, que piden que esta fiesta sea declarada de Interés Turístico Regional.
Monroy prepara sus 'Purificás'