El incendio en Talaván de este fin de semana, que se ha quedado a tres kilómetros de Monroy, no afectó al casco urbano, aunque las llamas sí entraron en algunas fincas. Con la situación controlada y superados los peores momentos, este domingo se ha hecho un primer balance de los daños.
Las consecuencias del incendio en los alrededores de Talaván y Monroy son evidentes. Jesús del Amo, vicepresidente del coto de caza de Monroy, explica que se ha quemado mucho pasto. Las llamas han arrasado 870 hectáreas, dejando un paisaje devastado. Además de los daños visibles, hay otros menos evidentes pero igualmente graves. Borja Muñoz, ganadero, asegura que las gomas de los bebederos de todo el ganado y los comederos del coto de caza han quedado destrozados.
Borja fue uno de los muchos vecinos que trabajaron sobre el terreno cuando el fuego amenazaba el pueblo. A su lado estaba Jesús, preocupado por la seguridad de los animales. Aunque la situación en la localidad está ahora mucho más tranquila, los vecinos reconocen que vivieron momentos duros.
El pueblo, ahora aliviado, comienza a digerir el miedo que han pasado durante el fin de semana, y a recuperar la normalidad tras el incendio.