Varios municipios de la provincia de Cáceres vivieron ayer una sorpresiva tormenta. No tanto por la lluvia en sí, que podría esperarse por la inestabilidad de los últimos días, sino por la concentración de esos chubascos y lo que es peor, la llegada del granizo.
En Guijo de Galisteo, por ejemplo, los agricultores se echan la mano a la cabeza. Durante alrededor de una hora, una intensa tromba de agua cargada con granizo ha anegado calles y patios. También se han visto dañados numerosos huertos y parcelas de la localidad de Valle del Alagón.