El incendio de Jarilla del pasado 17 de agosto obligó a los 360 vecinos de Gargantilla a evacuar sus casas durante casi 36 horas, ante la amenaza del flanco norte del fuego que se descontrolaba y se acercaba a la localidad.
Aunque pudieron regresar a sus hogares al día siguiente por la noche, reconocen que lo hicieron con una sensación de inseguridad, tras vivir momentos de gran incertidumbre: “Viendo que al final se estaba acercando cada vez más, pues la gente necesitaba sobre todo tranquilidad”, explican los vecinos.
Iniciativa comunitaria
De esa preocupación ha nacido una iniciativa vecinal para vigilar y revisar el entorno, organizada en patrullas nocturnas. Se han establecido dos turnos de vigilancia para asegurar que siempre haya presencia en el monte y detectar cualquier riesgo a tiempo. “Al final, mientras unos estaban aquí, los demás dormían… por lo menos los que dormían estaban a gusto”, señalan.