Llevaba tanto tiempo esperándolo, que cuando el jurado del premio más prestigioso del cante flamenco pronunció su nombre como ganadora, se quedó bloqueada. Solo el abrazo prolongado y sentido de su padre le devolvió a la realidad. A la bendita realidad que le permite agarrar fuerte la Lámpara Minera, el reconocimiento a un rotundo triunfo en el Festival Internacional del Cante de las Minas que vino acompañada de otros cuatro premios importantes del certamen, el de mejor canto por Mineras, Tarantos, Cartageneras y cantes bajoandaluces.
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Un triunfo rotundo para una cantaora plena de facultades y de sentimiento flamenco que llevaba desde 2007 viajando a Murcia para lograr su sueño, y que hoy regresa desde el levante español hasta su Gévora natal para comprobar con sus vecinos que el sueño se ha hecho realidad. Recién llegada, ha atendido con una enorme sonrisa a Canal Extremadura. "Siento una felicidad inmensa, también de los extremeños, de los españoles y de todos sitios. Es una emoción vivirlo", nos cuenta.
- Llevabas más de una década participando en uno de los festivales más prestigiosos del mundo flamenco, rozando en varias ocasiones con la yema de los dedos la lámpara. El esfuerzo, la constancia, la perseverencia final tras final, ¿hace que esa lámpara se valore aun más?
- Muchísimo más. Desde 2009, que gané el premio por Seguirillas, hasta hoy han sido 13 años casi consecutivos intentando conseguir esta lámpara en mis manos. Siento que es un reconocimiento a mi carrera, que ahora podré defender con más honor.
- ¿Qué pasó durante la pandemia, que le cambió en cierto modo la vida?
- Pues que me tocó la pandemia en mi otro trabajo, en el Hospital Quirón Salud-Clideba de Badajoz. Lo viví en el servicio de Urgencias, con momentos muy difíciles, pero los compañeros con los que los compartí hizo que formáramos una familia. Con la sensibilidad que viví aquello es con la sensibilidad con la que canto hoy y con la que intento transmitir mis sentimientos en la letra de cualquier cante.
- ¿Qué te vino a la cabeza anoche cuando escuchaste tu nombre?
Principalmente mis hijos. Son muchas las horas que le he dedicado al cante y son horas que les he quitado a ellos. Esta semana he estado fuera desde el lunes, y solo pensaba en que quería volver a verlos ya. Cuando ya tienes el premio, los ves, cogen la lámpara y te dicen: "Mamá, estoy muy orgullosos de ti", es lo máximo que puedes recibir.
- Y ahora, ¿qué supondrá artísticamente la lámpara minera?, ¿cuántas puertas se abren?
- Espero que muchísimas. Es el galardón más grande que un cantaor puede recibir, y ahora toca darlo todo en las peñas y los festivales donde quieran tener cerca la lámpara. Allí estaré entregando mi corazón como hasta ahora.