Un interno de la cárcel de Badajoz, con problemas para adaptarse al régimen penitenciario, se ha cortado sus propias orejas con una cuchilla y posteriormente ha procedido a comérselas, una situación que le ha provocado un mareo por la gran pérdida de sangre, según ha informado la asociación de profesional de trabajadores penitenciarios 'Tu abandono me puede matar' (TAMPM).
Su portavoz, Enrique Díez, ha explicado a Extremadura Noticias que el recluso ha sufrido un brote psicótico y ha tenido que ser trasladado al Hospital Universitario de Badajoz, donde ha ingresado en la unidad de Psiquiatría. "Hasta la cárcel ha venido una ambulancia que no es medicalizada, y le han acompañado una enfermera y un funcionario de prisiones, con el riesgo que supone para ellos, por la situación psicótica en la que se encontraba el preso", lamenta.
"No es la primera vez que un interno provoca situaciones así para poder fugarse"
También en esa misma cárcel, otro interno ha amenazado de muerte a otros usuarios y trabajadores, ha intentado golpearles con una muleta y tenía intención de provocar un incendio en el interior de su celda, donde había acumulado toda su ropa encima de papeles y otros objetos. "No es la primera vez que un interno provoca situaciones como las anteriores para poder fugarse o para provocar un incidente", insiste Díez.
Más psiquiatras
Desde la asociación reclaman que haya psiquiatras en los centros. "Desde hace dos años venimos denunciando esta situación. Cada vez tenemos ingresos de internos con patologías psiquiátricas asociadas, cada vez es más numeroso el contingente de internos con estas patologías, sin diagnosticar. A los médicos de prisiones les resultar difícil tratarlos, porque no tenemos psiquiatras en la plantilla, y dependemos de los Servicios de salud pública", denuncia el portavoz de TAMPM.
"A los médicos de prisiones les resulta difícil tratar con internos que tienen problemas mentales, porque no tenemos psiquiatras en la plantilla"
Además, reclaman más recursos humanos y materiales, igualdad salarial con funcionarios de prisiones de otras cárceles del país, así como una formación específica para atender a los presos con diferentes patologías.