Womad termina la edición con menos publico que el año pasado, registrando una cifra de poco más de 110.000 personas. A menos público, menos recaudación para los negocios de hostelería de la Plaza.
A falta de echar cuentas definitivas, aseguran los responsables de estos negocios que en esta edición se ha hecho menos caja.
Termina con menos público pero con la misma polémica de todos los años: el botellón que está presente en el festival desde el primer día. Los hosteleros llevan años pidiendo limitarlo y desde el ayuntamiento estudian eliminarlo o limitarlo significativamente en un plazo de dos años.
Uno de los problemas del festival son los restos de basura, la mayoría provenientes del botellón del festival. Solo este año se han recogido más de 28.000 kilos de basura.