Es la primera vez que conmemoramos el Día Mundial del Abrazo en crisis de abrazos. Y su ausencia afecta a nuestro estado de ánimo y, con él, también a nuestra salud. Es una cuestión de hormonas y también de que otra persona nos confirme que no estamos solos.
"Una privación de abrazos nos quita oxitocina, serotonina y dopamina, las sustancias que los psiquiatras tratamos cuando hay depresión"
Lo confirma desde la psiquiatria Dulce Bordes: "Una privación de abrazos nos quita oxitocina, serotonina y dopamina, las sustancias que los psiquiatras tratamos cuando hay depresión".
Y lo reafirma desde la psicología Lucia Madera: "El abrazo nos ayuda a sostener a una persona, a sus circunstancias y a todo aquello que le pesa".
Y más allá de la ciencia, lo confirman nuestras sensaciones. Es una cuestión de salud, y lo estamos notando, pero el COVID también nos ha añadido las sensaciones de inseguridad y miedo. En la calle nos lo cuentan: "Una persona necesitaba un abrazo y solo pude darselo con la mirada y decirle que lo siento, pero no podía abrazarle, no podemos", nos confiesa José Antonio Teódoro; "Es una pena que vayas a un velatorio y no puedas abrazar a nadie", nos desvela Luis Hernández; "El terror de no contagiarla me impide abrazar a mi madre", admite apesadumbrada Asun Mieres.
"Ahora abrazo con un apretón de manos, con unos ojos emocionados, con unos tremendos nudos de garganta, pero abrazo"
Nada los sustituye, pero hay quienes han aprendido a darlos donde más se necesitan. Como Gabriel Matos, que los reparte en la planta covid de un hospital extremeño: "Ahora abrazo con un apretón de manos, con unos ojos emocionados, con unos tremendos nudos de garganta, pero abrazo. Abrazo de otra forma y consigue el mismo efecto, porque el cariño y la atención se pueden demostrar de muchas formas".
Y qué mejor forma de expresar esa ternura en forma de abrazo que la música. El grupo extremeño 'Circológica' nos ha regalado, incluso, una recreación musical de un abrazo.
Mover los brazos, tocarse los propios hombros, mirar fijamente, pestañear o decir más veces te quiero. Son otras alternativas para que no nos quedemos sin dar y sin recibir cariño. Al menos, hasta mejores tiempos...