Son las nueve de la mañana en el colegio Ciudad de Badajoz, en la barriada de Llera. Pero los alumnos de tercero de infantil no están aprendido números o lectura. Están conectando un robot que obedece sus órdenes para acabar con `Electricaos´, un villano que quiere construir un macroparque de atracciones derrochando mucha electricidad.
Y ellos son superhéroes y heroínas que lo combaten aprendiendo técnicas de eficiencia energética. "En realidad están desarrollando su contenido curricular como numeración o lectoescritura, pero además otros conceptos científicos, por ejemplo cómo funciona la electricidad", nos cuenta su maestra Ana María Márquez, implicada en el proyecto.
Porque así funcionan las aulas del futuro, dejando que el alumnado practique con sus propias manos o ayudados por la tecnología. De hecho, al lado de la mesa de robótica, otro grupo de alumnos aprende la electricidad estática con un globo y papeles de colores.
Es un cambio metodológico en la educación, donde también unos alumnos aprenden de otros. "A veces mezclamos niños de infantil con sexto de primaria, porque unos aprenden de otros, y es muy enriquecedor", nos cuenta Maria del Mar Silvero, directora del colegio.
Trabajo por retos
El aula se distribuye por zonas, con espacios de Crea, Explora, Manipula o Presenta. De hecho tienen su propia radio o televisión escolar, Telellera, donde aprenden técnicas de comunicación, edición de vídeos o presentación en publico. Y aunque por el `Aula del futuro´ solo pasan una vez a la semana, para los alumnos es una motivación. "A nosotros nos encanta, porque no todo es copiar y escribir...nos divertimos y aprendemos tecnología", nos cuenta Alberto, un alumno de quinto curso.
Porque aquí el uso de la tecnología sirve para aprender de forma más práctica y enriquecedora. Y es que el `Aula del futuro´ es ya la educación del presente.
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