El padrón de muchas localidades extremeñas ha visto cómo se ha incrementado desde el final del Estado de Alarma. Es el caso, por ejemplo, de localidades como Guareña.
Principalmente, esta movilidad se está produciendo entre personas que disponen de segunda residencia, en su mayoría jubiladas, que han decidido asentarse en estas zonas rurales de forma definitiva.
Pero no es el único perfil. También población activa, con capacidad de hacer teletrabajo, está comenzando a moverse a estas zonas rurales buscando una mayor calidad de vida.
Eso sí, aunque el teletrabajo empieza a imponerse, los municipios reclaman mejores comunicaciones que no abran más la brecha digital en plena pandemia.