Este 8 de Septiembre, además de conmemorar el Día de Extremadura, también celebramos el Día de las Personas Cooperantes. Una efeméride en honor a esas mujeres y hombres que trabajan por el desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza y cualquier tipo de violencia en las zonas más vulnerables del planeta.
Una de esas personas, que lo dejan todo para ayudar a los demás, es Patricia Sierra. Ella es maestra de primaria, nació en Gargáligas y es fundadora y presidenta de la ONG 'Sonrisas en Acción'.
Lleva unos siete años trabajando en los campos de refugiados de Líbano, Siria, Serbia, Grecia o el Sáhara. Pese a todo, de todas esas zonas en conflicto se ha traído muy buenos recuerdos, "sobre todo de las personas", apunta en su reflexión.
Se queda "con el trato de los compañeros y compañeras", que "ya son familia", y con las personas con las que se encuentran y todo lo que "aprenden de ellas".
Sin embargo, apunta, "lo más duro es la vuelta a casa". Subraya que "el peaje emocional" que se paga "es grande", porque vuelves a tu "bienestar". Pero, sin duda, "merece la pena".
Tras un desastre natural, una guerra o una desgracia sobrevenida, la ayuda humanitaria es "la primera en llegar, después de los soldados". Algo que le enorgullece y le hace sonreír.
Y nos invita a trabajar por los demás y para los demás. Insiste en que no hace falta "irse de cooperante a la otra punta del mundo". Basta con ayudar a otras personas, en tu barrio, en tu ciudad o en tu entorno más cercano.