Pocos esperaban a Deepseek, la inteligencia artificial china que irrumpió hace unos días en el mercado haciendo temblar a las grandes corporaciones norteamericanas. Los asiáticos han desarrollado una tecnología que permite a nuestros ordenadores o teléfonos móviles pensar como humanos y que resuelvan casi cualquier duda o problema.
Competencia
Esto ya lo hacía la aplicación ChatGPT de Open AI, la más potente, o Gemini, de Google, pero los chinos han conseguido hacer lo mismo mucho más barato, seguro y ligero. En datos proporcionados por la propia empresa, vemos cómo han logrado entrenar este nuevo modelo con 5 millones de euros, mientras que Open AI costó 100 millones. Es fácil hacer el cálculo: 95% de ahorro en costes. Además han participado 200 ingenieros frente a los 2.000 en Estados Unidos, que han necesitado 2.000 procesadores frente a los 100.000 que han utilizado en Norteamérica.
Además, Deepseek lleva una tecnología de código abierto, lo que significa que cualquier empresa o desarrollador a puede adaptarla a sus necesidades y contribuir a su desarrollo. Una apertura que choca con algunos contenidos: por ejemplo si le preguntas por la represión en Tiananmen....no sabe no contesta
La aparición de Deepseek también tiene consecuencias en la geopolítica y deja a nuestro continente en evidencia. Mientras que China da un paso adelante frente a Estados Unidos en el tablero global, Europa todavía ni siquiera ha movido ficha en esta lucha por el poder tecnológico.