Con la llegada del calor, nos ponemos ropa más ligera, andamos más tiempo descalzos y dejamos al descubierto más zonas de nuestra piel. Este es un momento que aprovechan los mosquitos, las arañas o las abejas y, al final, acabamos con picaduras.
Para poder ahuyentarlos hay diferentes técnicas entre los extremeños: algunas usan todo tipo de repelentes, otros procuran no salir a la calle en las horas a las que más mosquitos puede haber, y hay quien utiliza remedios más naturales, como esencia de árbol de té blanco en las muñecas y detrás de la oreja.
Otro remedio es una mezcla de amoniaco, sal y limón, aplicado sobre la picadura. Pero no es lo mismo una picadura de mosquito que enfrentarnos a una abeja o una avispa. Celia Pérez, técnico en farmacia, explica que lo que hay que hacer es "quitar el aguijón sin una pinza, para que no se infecte, y después limpiar bien la zona con un antiséptico".
Pero si el dolor persiste, los especialistas no descartan tomar un analgésico.