Termómetros a 45 grados y hasta cuatro olas de calor en un solo verano... Son datos registrados por la AEMET en Extremadura y que confirman un cambio climático que viene asomando desde hace años en el paisaje de la región.
Hay encinas que florecen en diciembre, y menos cigüeñas en nuestros cielos, según advierten desde SEO Birdlife.
"Las cigüeñas alemanas o francesas ya no vienen a refugiarse a esta parte de Europa"
Pero el impacto más evidente lo notamos en la agricultura: la falta de lluvias está obligando a desplazar cultivos, explica el ingeniero agrónomo Abelardo García.
"La viña para poder cultivarla con calidad va a pedir el desplazamiento a zonas más elevadas"
Y otros agricultores buscan cultivos alternativos, como José María Martín, de Losar de la Vera, quien cambió el tabaco por el kiwi amarillo.
"Necesita menos horas de frío, aguanta más los 40 grados y necesita menos agua"
En apicultura el cambio climático ha reducido un 40% la producción de miel. Son ejemplos de las consecuencias económicas en un sector clave para la región, apunta Raúl Iglesias, de la Cámara de Comercio de Cáceres.
"Afecta de manera exponencial a nuestra industria agroalimentaria"
Y otro sector afectado es el turismo. Un estudio de la Unión Europa revela que Extremadura podría perder hasta 72.000 pernoctaciones al año por el aumento de temperaturas. La Junta ya está tomando medidas, tal como asegura Victoria Bazaga, consejera de Turismo.
"La creación de refugios climáticos de zonas de sombra y de descanso en las zonas de turismo azul de Extremadura
Medidas para frenar las consecuencias de un cambio climático que ya deja su huella en la región.