El aumento de ciudadanos pendientes de pruebas PCR de Salud Pública está yendo de la mano de retrasos en la propia realización de las pruebas y en sus confinamientos asociados. Y de todo ello surgen dos consecuencias: de un lado, riesgos para la salud por tardar más en localizar a posibles positivos y de otro, pérdidas económicas para quienes ven alargado su confinamiento y no pueden abrir su negocio o acudir a trabajar.
La responsable del área de enfermería de la Clínica Diana en Mérida, por ejemplo, confirma que ante el colapso de ciudadanos pendientes de pruebas PCR ha aumentado la demanda de test de antígenos y PCR en clínicas privadas.
Un test de antígenos permite conocer el resultado en 20 minutos y en esa empresa cuesta 75 euros. Una prueba PCR, más fiable que el test en pacientes asintomáticos e igualmente efectiva en pacientes con síntomas, tarda algo más de 24 horas y cuesta 170 euros. Unos precios que no toda la ciudadanía puede afrontar, aunque crea estar poniendo a su entorno en riesgo o aunque de ello dependa poder ir trabajar.
Es el caso de Reme Romero. No tiene empleo fijo pero la llaman frecuentemente para trabajar en eventos gastronómicos como camarera o ayudante de cocina. "Día que no trabajamos, día que el dinero no entra en casa", nos recuerda Reme. Lo está comprobando en carne propia: el lunes día 26 de Octubre estuvo en contacto con un positivo de COVID 19 y desde entonces está aislada. No le harán la PCR hasta el 5 de Noviembre y no podrá romper su aislamiento hasta no conocer los resultados de una segunda prueba PCR. Todo este tiempo no tendrá ingresos porque no podrá salir a trabajar.
El consejero de Sanidad asegura que los fallos con las PCR se han debido a "problemas de intendencia" que están resolviéndose y considera que la mayoría de retrasos se produce en la primera prueba a los contactos estrechos y de forma consciente: realizar esa prueba pocas horas después del positivo asociado genera, asegura, falsos negativos, ya que la enfermedad puede tardar algún tiempo más en empezar a desarrollarse.