"Las mujeres partimos siempre en desventaja con respecto a los hombres. Y esa desigualdad estructural aumenta en épocas difíciles", afirma Estela Contreras. La directora del Instituto de la Mujer de Extremadura asegura que las crisis tienen nombre de mujer porque son ellas quienes más sufren las consecuencias. Ya se puso de manifiesto en 2008 y de nuevo en evidente ahora durante la pandemia. Son los sectores feminizados los que más sufren las consecuencias. Además, el rol de género también juega en el terreno de los cuidados: las mujeres son las que cuidan de mayores o menores y las que suelen sacrificar parte de su vida laboral y personal para hacerlo.
El confinamiento ha intensificado y agravado también las situaciones de violencia de género. Por eso, explica la responsable del IMEX, la Junta ha ampliado e intensificado los servicios y la atención a las víctima de esta lacra social. Desde el 13 marzo hasta 30 de junio 31 mujeres y 14 menores han sido acogidos en las Casas de la Mujer de Extremadura. A día de hoy hay en vigor 1.600 órdenes de alejamiento y protección en la región.