Según un estudio de CERMI, el 67% de las mujeres con discapacidad ha sufrido violencia de género en algún momento de sus vidas. De esa cifra, el 70% no llega a denunciar. Por eso es clave educarlas para que sepan identificar estas conductas.
Es el caso de Marta. Tiene un 58% de discapacidad física y psicosocial. Una discapacidad que usó su marido en el juicio, para desacreditarla.
Salir de la violencia de género es duro, mucho más si sufres alguna discapacidad. Por ello, CERMI tiene en marcha un servicio, pionero en todo el país, de apoyo a mujeres y niñas con discapacidad víctimas de esta lacra. En su sede de Badajoz las asesoran y las acompañan en todo el proceso, también en la vía judicial.
En este ámbito, la educación se hace imprescindible para conseguir que las chicas, sobre todo adolescentes, aprendan a identificar conductas machistas.
