29 Octubre 2022, 14:50
Actualizado 29 Octubre 2022, 14:50

Rocío Garrido padece soriasis desde niña. A los cuatro años confundieron sus heridas en la piel con el sarampión, con el paso del tiempo se confirmó su diagnóstico: era psoriasis. Debido a sus lesiones en la piel pasó años sin ponerse un traje de baño y probando tratamientos. Con los últimos apenas tiene brotes y su vida, asegura, que es más llevadera. 

"Afecta en los picores, tirantez, grietas que llegan a sangrar..." pero lo que más le afecta "es que te miren". "La sensación de que te miren constantemente la herida". Porque aunque esta enfermedad de la piel no se contagia, deja lesiones en la piel "y eso no es estético". La psoriasis, además, es hereditaria. La hija de Rocío, que ahora tiene 30 años, experimentó su primer brote a los 18 años "y no es fácil". "Dentro de que te pueda doler, que lo herede tu hija, es lo más doloroso".

40.000 pacientes diagnosticados

La psoriasis inflama la piel, sobre todo de codos y rodillas, y en algunos casos las articulaciones. A la consulta de los dermatólogos llegan cada vez más casos. Según recomienda Pablo García, dermatólogo en el Hospital de Mérida, controlar el estrés y la alimentación ayuda a evitar que la psoriasis aparezca o empeore y pueda marcar a algunos pacientes más allá de la piel.

"Muchos pacientes sufren ese estigma cuando muestran las lesiones en público", "sienten vergüenza por enseñar esas lesiones".

Lesiones que llegan a controlar los nuevos fármacos. En la última década, según Pablo García, la psoriasis es la enfermedad dermatológica para la que más fármacos han salido al mercado. " A día de hoy "curar no se cura, pero si puede librar a los pacientes de lesiones hasta el punto de que se olviden de su enfermedad".