En el mes de junio, ya mirando al final del estado de alarma, las pernoctaciones en Extremadura cayeron un 81 por ciento. Un mes en el que nos visitaron menos de 23.000 turistas. Datos alarmantes para el sector que pide al Estado un plan ambicioso con medidas similares a las adoptadas por la Junta de Extremadura.
En Plasencia, por ejemplo, en los meses de marzo, abril y mayo los establecimientos hosteleros sólo han dado alojamiento a los profesionales sanitarios y a trabajadores esenciales. Esto se traduce en grandes pérdidas ya que es la época de primavera, con la Semana Santa y el cerezo en flor, cuando más turistas atrae el norte de la provincia cacereña.
También lo sufren los guías turísticos. Después de meses parados ahora a penas tienen a quienes mostrar los lugares de interés de la región. Y aunque poco a poco se van recuperando, aseguran que nunca alcanzarán las cifras de turismo de años anteriores.
Por ello piden a las administraciones públicas ayudas urgentes que permitan reactivar el sector.
