El de Navidad es el sorteo más esperado del año y también el que más dinero reparte. Por eso nada puede quedar al azar, y menos la fabricación y composición de los décimos que permitirán a algunos (o muchos) cumplir sus sueños.
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, en Madrid, se encarga de esa labor. Una tarea que este año supone la impresión de 172 millones de décimos para el sorteo extraordinario del 22 de diciembre.
Lo primero es el diseño, del que se ocupa un departamento específico. Por primera vez en la historia los billetes de este sorteo cuentan con tinta en dorado y con volumen. Se busca fabricarlos cada vez más estéticos y agradables a la vista, para de alguna forma hacerlos todavía más apetecibles a la compra.
Más seguros
Pero sobre todo lo que se busca es hacerlos cada vez más seguros. La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre los confecciona con varios elementos de seguridad. El único que puede revelarse es la tinta invisible. Gracias a ella es posible reconocer cuándo se ha manipulado un décimo.
Hay más elementos de seguridad, aunque todos ellos son confidenciales.
Cada décimo cuenta además con otros indicativos que acreditan que ese billete es el que es y que no hay lugar a duplicidades. Todos tienen perfectamente impresa su serie, su número, su código de barras y su código alfanumérico.
La producción de los décimos comienza en abril y las rotativas no paran de imprimirlos solo hasta dos semanas antes del sorteo.