3 Abril 2023, 12:40
Actualizado 3 Abril 2023, 12:39

Hace unos días se conocían dos casos de denuncia por casos de fecundación in vitro errónea. Hechos que desembocaron en la apertura de una investigación de la Consejería de Salud andaluza. Los progenitores descubrieron que el padre del bebé no es el padre biológico. Todavía no se sabe si los dos casos tienen relación. La investigación tiene que resolver si es un fallo humano o de protocolo.

Precisamente para conocer cómo es este protocolo en Extremadura, hemos estado en el Centro Extremeño Reproducción Humana Asistida. Su director, Francisco García Malpartida, ha detallado a Canal Extremadura que este protocolo es muy exhaustivo en este centro. Las mujeres que quieren ser fecundadas in vitro deben de cumplir una serie de requisitos, entre ellos: ser mayores de 18 años y menores de 40, no tener hijos previos o no estar  en lista de espera de otro centro público nacional de reproducción asistida.

Para garantizar la trazabilidad, se hace una doble o, en algunos casos, triple identificación de la paciente. Además, sólo puede haber una historia clínica dentro del quirófano y, antes de que comience la intervención, se pregunta varias veces a la paciente para cotejar que todo es correcto. Eso sí, dentro del proceso, hay partes que son difíciles de controlar. Francisco García Malpartida reconoce que en el momento de la toma de muestra del semen, es complicado garantizar que el donante no de el 'cambiazo' a la muestra y poner en su lugar el semen de otra persona.

Actualmente, en el centro extremeño, la efectividad de los tratamientos de fecundación in vitro varía en función de la edad de la paciente y las patologías previas pero, de media, se sitúa en torno al 30-35% de efectividad.

 

Apoyo a pacientes en tratamientos de fertilidad

Precisamente para acompañar a estas mujeres que están pasando por un diagnóstico de infertilidad o están recibiendo algún tipo de tratamiento para ser madres, nació en 2014 la asociación Red Infértiles. Su presidenta es Elena Fernández que, junto a otras dos mujeres que también recibieron tratamientos de este tipo, decidieron unirse para apoyarse en el camino.

Un camino, nos cuenta, marcado por la soledad. De hecho, dice Elena Fernández, esta soledad es uno de los principales problemas a los que se enfrentan las mujeres que reciben este tipo de tratamientos de fecundación. "La infertilidad sigue siendo una enfermedad muy desconocida y sigue teniendo muchos tabús, por eso la viven en silencio", asegura.

Actualmente son ya más de 2.700 las mujeres que pertenecen a esta asociación. "Cada historia es muy diferente, pero tienen en común el camino, que es largo y una montaña rusa emocional, con mucha incertidumbre", detalla la presidenta de Red Infértiles.