De producirse finalmente la fusión entre Don Benito y Villanueva de la Serena, sería la tercera vez en democracia que se consuma este procedimiento extraordinario. Un proceso que aparece amparado en la Ley de Bases Reguladoras del Régimen Local, de 1985.
Las dos anteriores fusiones hay que buscarlas en Galicia. La primera se remonta a 2013, cuando las localidades coruñesas de Oza dos Ríos y Cesuras se agruparon bajo el nombre de Oza-Cesuras. Cuatro años después, en 2017, fue el turno para otros dos municipios pontevedreses: Cerdedo y Cotobade dieron lugar a Cerdedo-Cotobade.
Para el actual alcalde de Oza-Cesuras, Pablo González Cacheiro, puede decirse sin duda que 8 años después la fusión de los dos municipios ha sido muy positiva. "Nos ha permitido optimizar nuestros recursos, nuestro patrimonio público y mejorar en la gestión", señala.
Servicios antes impensables
Oza-Cesuras cuenta ahora con unos 5.300 habitantes, pero antes cuando estaban separados tenían algunas carencias en materia de servicios públicos. "Ahora disponemos de guardería, ludoteca, nuevas líneas de saneamiento y recogida de residuos", destaca González Cacheiro.
El alcalde coruñés es consciente de que su fusión, como la posible de Don Benito y Villanueva de la Serena, "se hace pensando sobre todo en las generaciones futuras" y que el tiempo les dará la razón a los dos regidores extremeños si consiguen que el proyecto de unión salga adelante: "no se equivocan", sentencia el primer edil de Oza-Cesuras.
"Las fusiones se hacen pensando sobre todo en las generaciones futuras"
Por último, González Cacheiro comparte en voz alta una reflexión y se pregunta por qué España es uno de los países que todavía no ha desarrollado la racionalización del mapa municipal. "¿Podemos permitirnos ese lujo?", cuestiona.