En plena segunda oleada de la pandemia, la salida parece muy lejana todavía en el tiempo. Sin embargo, si miramos hacia el país donde se originó la epidemia, podemos ver muy cerca ese futuro. ¿Hacia dónde nos encaminamos? ¿Y cuándo llegará ese final del camino? China, que fue el primer país afectado por el coronavirus, está ahora mismo en un nivel de contagios 0.
Algo para lo que aún nos queda a los países occidentales, a juzgar por la transmisión que aún tenemos y que aún estamos luchando por doblegar la curva de la segunda ola, y que no solo se debe a una cuestión de tiempos sino también de estrategias. Así al menos lo creen quienes han vivido el caso de China de cerca. En nuestro magazín El Sol sale por el Oeste hemos hablado con Roberto Batres, extremeño y director ejecutivo de varias empresas afincadas en el país asiático. Él cree que la estrategia occidental contra el virus no ha estado bien planificada.
A diferencia de los occidentales, los países asiáticos enfocaron la lucha contra el coronavirus con el objetivo de un contagio 0, y por eso han conseguido llegar a la situación actual, según considera Roberto Batres: mientras hubiera contagios, ninguna zona del país se reabría. Hasta que no desapareciera la transmisión en una zona, sus habitantes no podían hacer vida normal. Las medidas implantadas en China fueron rápidas y muy contundentes, y no se relajaron hasta que no se eliminaron los contagios.
"Ellos tenían estudios económicos que dicen que es mucho más caro convivir con el virus que erradicarlo"
Por el contrario, los países occidentales han seguido una estrategia diferente, centrada, tal vez, en salvar la economía al mismo tiempo que el mayor número de vidas. Las medidas se relajaban cuando la transmisión disminuía, pero no cuando desaparecía: por eso, cree Roberto Batres, la epidemia ha vuelto a alcanzar los niveles actuales, porque el virus seguía allí para volver a transmitirse. "Ellos tenían estudios económicos que dicen que es mucho más caro convivir con el virus que erradicarlo", asegura. "Si los españoles hubiéramos cerrado todo" hasta eliminar la transmisión "y hubiéramos vigilado los aeropuertos, aunque pudiera parecer que eso era malo porque era la temporada turística, si ahora tuviéramos un nivel de contagios cero, la hostelería estaría mejor y todos estaríamos mejor".
Ahora, China vigila sobre todo a quienes llegan del extranjero, para no permitir que el virus vuelva a extenderse.