Uno de los sectores más afectados en la vuelta a la relativa normalidad es el de las bodas. Caterings, orquestas, tiendas de novias, disjokeys o fotógrafos son algunos de las decenas de negocios que intervienen en la celebración de un enlace. A día de hoy se han caído el 90% de las bodas en la región. Primero por la pandemia y, después, por la indefinición que arroja el decreto publicado ayer.
Aunque la redacción es ambigua, el decreto establece un límite del 80% en la celebración de bodas en el interior de cualquier local de hostelería y restauración, y de un 90% en la terraza. Si la boda es en una finca, una bodega o un castillo sin licencia como establecimiento de hostelería, la cifra de invitados se reduciría a los 150 si se hace en exterior, y a 75 si es en interior. Demasiados datos que a muchas parejas les ha hecho desistir este año de casarse. La Junta dice que la restricción de aforos irá cambiando según evolucione la pandemia.
Al año se celebran en Extremadura más de 4.000 bodas que mueven más de 80 millones de euros.