Un grupo de investigadores de la Universidad de Extremadura ha conseguido "caracterizar" aceites a través de ultrasonidos (ondas sonoras fuera del rango de audición humano) y, de este modo, detectar "posibles fraudes" en el aceite de oliva virgen generado por la adición de "otros tipos de aceites".
Así lo ha explicado el científico y profesor de la asignatura de Física Aplicada en la Escuela Politécnica de Cáceres, Antonio Jiménez , quien ha indicado que se trata de un estudio "pionero" con el que se valoran diferentes parámetros: la velocidad a la que se "mueven" las ondas sonoras en el aceite, la atenuación que experimenta en la muestra y, lo "más novedoso", conocer sus componentes frecuenciales, es decir, "cómo suena".
"Es algo muy parecido a lo que hacían nuestros abuelos para saber si una sandía estaba rica o no: la golpeaban y escuchaban qué hacía. Esto es exactamente igual, mandamos unas ondas sonoras al aceite y escuchamos qué está devolviendo", ha apuntado el científico.
Así, Jiménez ha detallado que, para llevar a cabo este proceso, son necesarios unos equipos "específicos" capaces de traducir en "parámetros" esas ondas propagadas en el medio, ya que ese sonido "no se puede percibir".
"El estudio conjunto proporciona a cada muestra de aceite su ADN acústico, que es único", ha añadido.
El profesor ha contado que se trata de un estudio que comenzó en el año 2020, con los alumnos de Ingeniería de Sonidos e Imagen de la Escuela Politécnica de Cáceres, con el que han conseguido unos resultados "excelentes".
Se trata de una tecnología "no destructiva", con una técnica "químicamente verde" y económicamente "mucho más barata" que otras que existen en el mercado, ha señalado.
De este modo, Jiménez ha garantizado que esta técnica puede ser utilizada en "cualquier punto" del proceso de comercialización del aceite de oliva.
"Desde que la aceituna llega a la almazara hasta que termina en el centro comercial, para verificar si lo que les ha llegado es lo que han comprado", ha garantizado el científico.
Por su parte, el profesor del área de Tecnología de los Alimentos en la Escuela Politécnica de Cáceres, Alberto González, ha explicado que en el contexto actual, con los precios del aceite "al alza", estos estudios "ayudan a identificar" distintas variedades para poder "detectar adulteraciones" de aceite puro mezclado con otro "de peor calidad".
"La adulteración es tan sutil en los porcentajes que se puede hacer en la industria, entre un 10 o un 20 por ciento de virgen extra mezclado con virgen normal, que sería indetectable para el consumidor tanto sensorialmente como a simple vista", ha asegurado.
En este punto, González ha indicado que los aceites tienen "propiedades distintas", como la acidez o los ácidos grasos, a las que los ultrasonidos son "extremadamente sensibles", por lo que "cualquier cambio" en su estructura física "se va a detectar". De lo contrario, "sensorialmente sería muy complicado y nutricionalmente también", ha zanjado.