No ha habido muchas sorpresas. Pentación, comandada por Jesús Cimarro, será la concesionaria de las ediciones de 2021 y 2022 del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Es el resultado de un concurso que ha durado un año y medio y que partió con cuatro empresas en liza. Desde 2012 está al frente de la cita, lo que le convierte en la persona que más tiempo ha ocupado la dirección del certamen de teatro grecolatino.
La licitación del contrato es de 5,8 millones para 2021 y 2022, aunque cabe la opción de prorrogarse hasta 2024 con un montante total de 14,9 millones. El proceso se convocó en marzo de 2020 pero se paralizó a comienzos de verano por los recursos presentados por tres de las cuatro empresas participantes. Finalmente continuaron dos compañías, Pentación y la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por SEDA, Letsgo Entertainment y Smedia. Tras varios aplazamientos más en la tramitación de la licitación, ya hay resultado.
La empresa de Jesús Cimarro, Pentación, ha conseguido una puntación de 76,645 sobre 100 en el proceso de selección. La otra candidatura presentada, una UTE de servicios especializados en distribución artística y llamada 'Plural Multimedia y Ocio' ha conseguido 67,05 puntos en ese misma baremación. Consulta aquí las puntuaciones definitivas.
2.000 años, 65 ediciones
En 1933, Margarita Xirgu inauguraba un Festival del que se celebran los años (serían 88) y las ediciones (esta sería la 67). La historia comienza en 1910. Bueno, realmente comienza en los tiempos de Marco Vipsanio Agripa o Marcus Vipsanius Agrippa, que nació más o menos por el 63 a. C. y murió en el año 12 a. C. tras mandar construir el teatro romano más hermoso de Europa Occidental. Pero en 1910, José Ramón Mélida y Maximiliano Macías comienzan las excavaciones arqueológicas para recuperar el teatro y el anfiteatro y estos dos espacios comenzaron a recuperar la actividad para la que fueron creados. Ese rito de la representación.
Jesús Cimarro está al frente del Festival desde 2012, lo que le convierte en la persona que más tiempo ha ocupado la dirección del certamen de teatro grecolatino
El 18 de junio de 1933, llegaban Medea y Electra, la Guerra Civil, los emeritenses refugiándose en los vomitorios y el silencio hasta que José Tamayo dirigiera Edipo en 1954. José Monleón (1927-2016) fue el primer director del Festival y ya entonces apuntaba cuáles eran los problemas que aquejaban a la cita. Lo hizo en un libro delicioso titulado "Mérida: los caminos de un encuentro popular con los clásicos grecolatinos". Eran las injerencias políticas, el aforo del propio espacio (casi tres mil localidades) y la falta de producción de espectáculos fechados en el siglo V antes de Cristo... o con temática romana (pensemos en Shakespeare, con Coriolano o Julio César).
Luego pasaron por allí Manuel Canseco, Espectáculos Ibéricos, Jorge Márquez, Francisco Carrillo, Francisco Suárez... y la que fue la primera directora del Festival, Blanca Portillo (a la que acompañaba la productora Chusa Martín).
Jesús Cimarro forma parte de toda esta tradición. Todos ellos han imprimido visiones sobre la esencia del certamen (abriéndolo a otros clásicos, como "El sueño de una noche de verano", por ejemplo, o incluyendo ópera y danza). La programación de este año también formará parte de esta historia.
Ahora solo nos falta saber cuál es.
El Festival de Mérida, sin director a poco más de tres meses de comenzar
