27 Marzo 2025, 12:28
Actualizado 27 Marzo 2025, 12:28

En el Día Mundial del Teatro, las compañías extremeñas reivindican su presencia tanto a nivel nacional como internacional. Sus producciones han cruzado fronteras y han llegado a los cinco continentes, gracias a figuras como el dramaturgo y actor José Antonio Lucia o la compañía La Escalera de Tijera.

José Antonio Lucia

Natural de Almendralejo, ha llevado su teatro por Latinoamérica, Estados Unidos, Asia y África, obteniendo prestigiosos galardones. En El Cairo, recibió los premios a Mejor Actor y Mejor Montaje por Alacrán o la Ceremonia, una obra que ha girado por el mundo durante más de 12 años con temáticas universales como el amor, el desamor, la traición y la amistad. "A través de la poética y la inteligencia emocional", el teatro logra comunicar al ser humano, explica Lucia.

Formado en Buenos Aires, el dramaturgo concibió esta obra en Dinamarca con influencias de Quevedo, Cervantes y Valle-Inclán. Su universo escénico, de raíces flamencas y extremeñas, ha emocionado incluso en lugares tan remotos como Kirguistán. Allí, una mujer hizo un gesto que es clave en su obra, y con eso, reconoce, "se me saltaban las lágrimas".

La Escalera de Tijera

Por su parte, esta compañía cacereña ha conquistado públicos internacionales con montajes como La Celestina y La Loca Historia del Siglo de Oro. Su sello distintivo es un lenguaje escénico cómico y físico, que ha triunfado en Latinoamérica y en Europa, con funciones en ciudades como París. "El lenguaje universal es el del cuerpo y la comedia, y eso se entiende en cualquier país", explica Roberto Calle, actor y productor de la compañía. Su estilo fusiona circo, malabares, acrobacias y teatro físico con textos clásicos.

Llevar el teatro extremeño al extranjero no está exento de dificultades logísticas y económicas. "A Francia llevamos la puerta de La Celestina en el maletero, pero en Colombia tuvimos que construirla allí", comentan desde la compañía. En República Dominicana, tuvieron que fabricar toda la escenografía desde cero y asumir parte de los costes. "La organización pagó la mitad, pero la otra mitad salió de nuestro bolsillo", explica Calle.

Más allá de las dificultades, estos artistas destacan la importancia de la cultura y la necesidad de mayor apoyo institucional.