Miles de extremeños acuden cada año a la Ferial de Abril y éste tampoco han querido perdérsela. La suspensión de la misma, o el no poder salir de casa no han sido excusas para que los farolillos y la manzanilla hayan estado presentes los hogares y balcones de Extremadura que se han convertido en casetas improvisadas.
Desde la ciudad de Badajoz hasta el mismísimo corazon del Valle del Jerte se han engalanado para estar más cerca del Real. Porque ni el coronavirus, ni el confinamiento le quita a los amantes de la Feria de Abril las ganas de cantar y bailar.