La Comisión Europea ha alertado de que la comunidad autónoma de Extremadura corre el riesgo de caer en una "trampa de talento" debido a la emigración de su población de entre 15 y 39 años, según el noveno informe sobre cohesión en la UE publicado este miércoles.
Junto con Castilla-La Mancha y Castilla y León, nuestra región forma parte de un grupo que engloba a 36 regiones de toda la UE que corren el riesgo de caer en una trampa de desarrollo del talento debido al importante éxodo de población en edad de trabajar. Las regiones identificadas se encuentran, además del interior de España, en países como Letonia, Lituania, Polonia oriental, Eslovaquia, Grecia, el norte de Portugal, la mitad septentrional de Francia y Finlandia, y representan el 13 por ciento de la población comunitaria.
Además, la publicación indica que existe una correlación entre el llamado "descontento geográfico" y el "voto euroescéptico", ya que "las personas que viven en regiones en una trampa de desarrollo del talento son mucho más propensos a ser tentados por los partidos políticos euroescépticos y a apoyarlos en las elecciones", instigados por una fuerte desafección.
Pese a que el informe constata que la política de cohesión ha contribuido a reducir las disparidades económicas, sociales y territoriales en la UE, estas siguen siendo "amplias" en todo el continente, ya que uno de cada cuatro habitantes de la UE (28%) vive en una región con un PIB per cápita inferior al 75 por ciento de la media comunitaria.
La mayoría vive en los Estados miembro del Este, pero también en países del sur, como España, donde Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura son las tres comunidades autónomas menos desarrolladas al situarse por debajo de ese 75 por ciento. Por contra, Aragón, Cataluña, Madrid, Navarra y País Vasco son las regiones más desarrolladas, con un PIB per cápita superior al 100 por cien de la media de la UE.
El informe apunta también a una "fuerte correlación" entre la calidad de la gobernanza y el impacto de las inversiones de la Política de Cohesión, por lo que invita a reforzar la capacidad administrativa de las regiones europeas, especialmente en aquellas cuyos marcadores indican una tendencia "negativa".
En este sentido, el indicador de calidad de los gobiernos regionales, que analiza valores como el respeto del Estado de Derecho, la capacidad administrativa o la diversificación de fuentes de financiación, señala que el gobierno regional con una tendencia más negativa en 2024 con respecto a los valores UE es el de Castilla y León, seguido de los Andalucía y Extremadura.
El documento señala que las causas de las trampas del desarrollo difieren según las regiones, lo que requiere un diagnóstico "individual", y puede implicar diversos factores interrelacionados, como una especialización insuficiente, una gobernanza pública deficiente, un ecosistema de innovación ineficaz, una carencia de servicios o desajustes en las cualificaciones.
Por ello, recomienda un análisis pormenorizado de estos factores para cada región que permita poner en marcha las consiguientes respuestas políticas a medida, a través de un conjunto de inversiones y reformas específicas.