Extremadura se seca. El estado de los embalses no para de bajar y hay que remontarse tres décadas atrás para tener una situación tan precaria. El embalse con peor nivel de la comunidad es de Cornalvo, cerca de Mérida, está al 9%. Le sigue el de la Serena, que a pesar de ser el segundo más grande de la península ibérica y el tercero de Europa se encuentra al 13% de todo el agua que podría acumular. Y el tercer pantano con menos agua de Extremadura lo encontramos en Alcollarín, al 13,4% de su capacidad.
Las empresas acuáticas lo sufren
Un ejemplo de ello son los puestos de trabajo que generan los entornos acuáticos. Ya hay empresas del norte de Cáceres que han tenido que suspender sus servicios de kayak. "Es una actividad estrella, llevamos desde el 15 de agosto con ese servicio suspendido,", asegura Francisco Javier Jamarreño, encargado de 'Jalama Outdoor'. En Alange la oferta también se reduce. Lo cuenta José Calvo, coordinador del Centro Acuático 'La Jarilla'. Las actividades que requieren embarcaciones con más potencia se han visto afectadas. "El witeboard, el onmiaboard, o el esquí náutico no las hemos hecho por lo difícil que nos resulta entrar la lancha dentro del agua".
Menos oferta
Otro atractivo de estos meses, como son las playas de interior, también se han visto afectadas por el bajo caudal. La de Peloche y la de García de Sola han tenido que adelantar su cierre antes de la fecha prevista. Todo en el año en el que estrenaban sus banderas azules.
Efectos inmediatos de la sequía: bajada de producciones agrarias y consecuencias medioambientales