Uno de los colectivos más golpeados por esta pandemia, en materia laboral, son los autónomos. La mayoría se vio obligado a cesar su actividad cuando se decretara el estado de alarma y, 7 semanas después, están deseando abrir de nuevo las puertas de sus empresas.
Juan y Miriam son un claro ejemplo. El primero tiene un estudio de fotografía en Villafranca de los Barros. Solicitó el cese de actividad al comenzar esta crisis y, aunque espera volver pronto, no sabe en qué circunstancias podrá hacerlo. Misma situación la que vive Miriam propietaria de un gimnasio en Don Benito.
En el lado opuesto están aquellos autónomos que han aprovechado esta crisis sanitaria para reinventarse.