Los pueblos que tienen una central nuclear en su territorio continúan luchando para frenar la cuenta atrás para desmantelar estas instalaciones atómicas, y que arrancará en Almaraz el 1 de noviembre de 2027.
La diputación cacereña está preocupada por el futuro de la zona y pide la continuidad de la Central Nuclear de Almaraz.
También la Junta se opone al cierre. Su presidenta ha llegado a acusar a través de las redes sociales a la hasta ayer vicepresidenta, Teresa Ribera, de sectarismo medioambiental. Y la consejera de Agricultura dice que no van a permitir que pare sus reactores.
El delegado del Gobierno afirma que son las empresas las que han firmado el cierre junto al gobierno, y que ninguna ha pedido la prórroga.
Será uno de los retos a los que se enfrente la nueva ministra, Sara Aagensen, con quien los municipios se reunirán para explorar su posición y la posibilidad de frenar la cuenta atrás.