El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida supone un gran impulso a la economía local de la ciudad. Son numerosos los sectores que aumentan sus ingresos gracias al público, y a las compras y gastos que hacen las propias compañías.
Ferreterías y tiendas de telas
Desde hace días la ciudad está engalanada para el Festival. Sus carteles anuncian los artistas que darán vida a una nueva edición del Festival. De la cita están pendientes cada año muchos negocios, incluso algunos tan inesperados como las ferreterías. Cele Fernández es empleado de una de ellas, situada justo al lado del Teatro Romano, y asegura que "a nosotros nos viene bien porque aunque ellos vienen con todo el material que necesitan, las faltas que tienen las suministramos nosotros". Lo dice en referencia a técnicos y montadores del Festival que acuden a este establecimiento a efectuar compras de última hora.
También más movimiento tienen en las tiendas de telas. Muchas compañías compran en ellas los tejidos para diseñar su vestuario o para arreglos de última hora.
Restauración y transporte
Por supuesto, bares y restaurantes también miran con cariño al Festival. Cada verano incrementan sus ventas porque muchos de los espectadores que vienen a ver las obras disfrutan de sus servicios. En algunos negocios, amplían plantilla en estas fechas.
Para los taxistas también supone un impulso económico, aunque, este año, estiman, no será como otros veranos.