'Golfus de Roma' ha conquistado el Festival de Mérida y esta noche el teatro vuelve a colgar el cartel de no hay entradas. Es ya el tercer lleno, incluído el estreno. La obra, adaptación de uno de los musicales más famosos de la historia, ha vendido ya más 18.000 entradas. En escena: un montaje luminoso, con guiños al circo y clown, en el que baila hasta la orquesta.
Óscar Reyes es el coreógrafo de 'Golfus de Roma', el encargado de hacer bailar a los personajes y del movimiento corporal en escena. "A mí lo que más me interesa siempre es que el personaje baile", dice. Y que baile de todo porque el público podrá "ver danza contemporánea, tenemos un bailarín de danza clásica, se intuye el claqué o el jazz". Mezcla de estilos que buscan una corporalidad diferente, más contemporánea. Una vuelta de tuerca a partir de una de las partituras más famosas de la historia de la comedia musical. "Realmente cuando te dicen vamos a hacer esto de este compositor y de esta época dices: ¡uy! En este caso, tuve la suerte de que es segundo Sondheim que toco y ya intuyes un poco por dónde va, pero hay un respeto enorme a uno de los grandes. Pero luego dices: vale, tenemos esto pues juguemos."
Y eso es exactamente lo que hacen sobre el escenario: jugar con el cuerpo a partir de una música y unos personajes ya inventados y de sobra conocidos por los amantes del género.
"El trabajo en equipo es primordial. Cuando quieres hacer un trabajo de creación y darle una vuelta a algo que ya existe o que ya la retina te dejó muy fijo, es trabajo conjunto. Es decir: entender la locura del director, qué es lo que quiere. Y a partir de ahí trabajar para conseguir que el producto sea algo unido, un personaje completo."
En 'Golfus de Roma' se mueven hasta los violistas. Y según el director, Daniel Anglés, "no hay más difícil que hacer bailar a un violista".