Los fruticultores extremeños están pendientes del cielo ante la previsión de tormentas. Miguel Ángel Gómez, director gerente de Afruex, avisa que "cualquier tormenta puede traer granizo y estropear la fruta". Explica que frutas como la ciruela son muy delicadas y, sobre todo, en "la cereza puede hacer que incluso se abra, se rajen y sean inservibles para el mercado".
La campaña de ciruela ya sufre una merma de un 30 por ciento de su producción por culpa de la climatología y preocupa que los importadores busquen otros proveedores para cubrir la falta de fruta extremeña. José María Naranjo es consejero delegado de Tany Nature, el mayor grupo agroindustrial de fruta de hueso de Extremadura, y explica que estas tormentas podrían afectar "no solamente a la calidad sino al volumen" y que eso "nos posicionaría bastante mal en todos los mercados" de destino. Desde esta empresa exportan a 58 países, algunos de ellos de fuera de Europa.
Si esa lluvia embarra mucho el campo, aunque no dañe la fruta, puede provocar retrasos en la recolección. Y si madura demasiado en el árbol, tampoco será apta para el mercado.