Aseguran los empresarios que su sector ha sido el más afectado y el último en abrir, un mes tras el ocaso del último estado de alarma. Abren con importantes limitaciones ya que no se puede servir en barra ni bailar en la pista. Aún así los hosteleros celebran tener algo de negocio.
Muchos han tenido que reinventarse estos meses pasados cambiado sus licencias de discoteca por otras de cafeterías, aunque esto depende de los ayuntamientos y no en todos ha sido igual. Siempre se han reivindicado como alternativa segura a los botellones incontrolados.
Ya pueden abrir hasta las dos de la madrugada con limitaciones. Es insuficiente, dicen, pero tienen la esperanza de que a finales de mes se vuelva a la normalidad y el baile regrese a las pistas extremeñas.
La hostelería extremeña culpa al botellón de los contagios en el ocio nocturno
