"Empezamos a cuidar a los muñequitos y terminamos cuidando a quienes nos han cuidado". Marifé cuida de su madre desde hace nueve años. Son tres hermanos. dos hombres y ella. "Si quieres que te diga la verdad no ha habido un planteamiento. Simplemente mi madre está conmigo", dice. Las mujeres nacen cuidadoras simplemente por una cuestión de género. Nadie les pregunta, se da por hecho. Son ellas quienes se ocupan de nuestros mayores, la mayoría amas de casa aunque un 23% trabajan también fuera. Marifé lo hace. Y también Guadalupe, pero siempre en función de las necesidades de sus padres. "Yo antes trabajaba más horas, más tiempo. Y entonces lo que he hecho es partir el horario de mi trabajo con los cuidados que tengo con ellos". Su madre es completamente dependiente y su padre, aunque más activo, también necesita atención constante. "También tenemos ayuda de la ley de dependencia y una chica que tenemos aquí que viene de vez en cuando y nos echa una mano. Así yo saco tiempo para mí porque lo necesito", confiesa esta cuidadora de Guareña.
"Nos han enseñado a cuidar y, sobre todo, a cuidarnos"
Precisamente a no renunciar a la vida personal y laboral enseñan en la 'Fundación Mujeres' con su programa 'Cuidadanas'. "No sólo dejan de lado su vida social y laboral que es más visible, también la personal" explica Virginia Plata, trabajadora social de la fundación. Por eso, continúa, "aquí fomentamos la importancia del autocuidado y del empoderamiento personal". Además, dan información a las usuarias de las ayudas y recursos a los que pueden acceder. Merche es una de ellas y asegura que "nos han enseñado a cuidar y, sobre todo, a cuidarnos que es para mí lo más importante".
Las cuidadoras, más si trabajan fuera de casa también, asumen una sobrecarga que pasa factura. Y casi la mitad de ellas acaba teniendo enfermedades crónicas.