Nos preguntamos si sería bueno o no que se implantaran algunas directrices comunes a nivel europeo para hacer frente a la pandemia. Los países de nuestro entorno están tomando decisiones completamente diferentes y por periodos de tiempo también distintos. Una desorganización que en la calle no se entiende.
Se supone que la Unión Europea, además de ser una comunidad económica, es también una comunidad de pueblos hermanados. Respetando, por supuesto, la soberanía de cada país, se podría adoptar un "marco común de referencia con los parámetros clave para que los estados pudieran tomar decisiones individuales" bajo un mismo paraguas. Así lo apunta el Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Extremadura, Gabriel Moreno, que considera que "no es pertinente que cada país tome medidas sin consultar a sus países vecinos, pese a que sean legítimas".
Y lo argumenta así: por un lado, "se envía un mensaje a la ciudadanía de tremenda inseguridad" y por otro, "se atenta directamente sobre la esencia de la Unión Europea" que, no es otra, que "la eliminación de las fronteras y la libre circulación de personas". Además, se pone en riesgo, la viabilidad del llamado "mercado único".
Hemos preguntado en la calle, y las respuestas van en la misma línea. Sin quitar legitimidad a cada país, la implementación de algunas directrices comunes para los países de la Unión serían bien recibidas.
Y es que Francia ya ha decretado el confinamiento total de su población hasta el 1 de diciembre. En Italia el toque de queda arranca a las 6 de la tarde y han ampliado el estado de emergencia hasta el 31 de enero del año que viene. En Alemania han acordado el cierre de bares y restaurantes, ocio, la oferta cultural y el deporte aficionado. Y en Portugal se tomarán nuevas medidas este sábado, en un Consejo de Ministros Extraordinario. De momento, siguen en estado de calamidad.