Este miércoles se ha publicado en el BOE el decreto que regula el fin de las mascarillas en interiores. Una medida que tiene excepciones y, una de ellas, pueden ser los centros de trabajo. En este caso es la propia empresa la que debe marcar lo que hagan sus trabajadores, pero desde el sector de prevención de riesgos laborales advierten de que la norma no proporciona un respaldo legal suficiente.
Así lo ha detallado Ángel Suárez, Director Técnico de INPREX, empresa dedicada al asesoramiento para prevenir riesgos laborales, en una entrevista en el informativo de Canal Extremadura. Esta falta de apoyo legal, asegura, hace que, sólo puedan asesorar a las empresas y ser ellas las que tomen una decisión definitiva.
Ante la nueva etapa que adopta el control de la pandemia, Ángel Suárez recomienda que, para eliminar la obligatoriedad del uso de la mascarilla en los trabajos se deben dar circunstancias como que los empleados mantengan una distancia de 1,5 metros, ventilación continua, filtros de aire de alta eficiencia o barreras físicas.
Además, se recomienda a los trabajadores más vulnerables, o a aquellos que tengan síntomas compatibles con la covid-19, que extremen su uso.
La nueva norma, cree el responsable de INPREX, puede traer, incluso, mal ambiente entre compañeros de trabajo entre los que haya defensores y detractores de la medida. Para evitar conflictos, asegura Suárez, es fundamental el trabajo de los representantes de los trabajadores.
