El uso continuo del móvil provoca nuevas adicciones, como la de necesitar estar activos en redes sociales para no perdernos nada. Los expertos lo bautizan como FOMO: un problema habitual, sobre todo, entre los jóvenes.
La psicóloga infanto-juvenil, Beatriz Márquez, añade que el FOMO es, además, "ese temor extremo a perderme qué es lo que hacen los demás y la necesidad de estar constantemente actualizándose de la vida de los otros"
Es un fenómeno que sufren principalmente los jóvenes, entre 15 y 35 años. Su sobreexposición a las plataformas digitales puede traer, además, más de un disgusto. "El estar comparándome constantemente con lo que hace el otro, con esa sensación de que me estoy perdiendo cosas y que no puedo llegar, lo que genera es estrés, ansiedad, puede haber irritabilidad", asegura Beatriz Márquez.
Los jóvenes pueden chequear las redes de tres a cinco horas diarias. "Las historias de Instagram, hablas por gente por WhatsApp, los tiktok te puedes tirar ahí a lo mejor 5 horas en el día y se te pasan volando", cuenta Lucía, una joven que relata su experiencia a través de su smartphone.
Un buen consejo, afirma Jaime Alvarado, otro joven usuario, es "desactivar notificaciones para no tener el recuerdo constante de que estás ahí conectado a una red social". Este es un buen consejo para poner límites al FOMO, pero no el único. "Si son menores invito a los padres a que tengan un control un poco más exhaustivo de las redes sociales de sus hijos", añade la psicóloga Beatriz Márquez.