Ricardo Díaz posa con algunos de sus trabajos
Ricardo Díaz empezó a tratar con jamones cuando tenía 16 años en la empresa de productos cárnicos Resti Sánchez, una de las empresas más importantes del sector en la región que cerraba sus puertas en el año 2014. Allí Ricardo trabajaba como deshuesador y cortador de jamones. Su afición por el cuchillo y este producto le llevó a especializarse hasta convertirse en uno de los cortadores de jamón más solicitados por las empresas de restauración.
"Desde pequeño me ha gustado dibujar y un día decidí probar y juntar pasiones", explica Ricardo a Canal Extremadura. Una pasión que le ha llevado a perfeccionar su técnica hasta hacer elaboraciones en las que cuida hasta el detalle más pequeño con el objetivo de impresionar a los invitados de las celebraciones en las que trabaja. "Lo hago por amor al arte porque no cobro un extra por hacer estos dibujos".
"Desde pequeño me ha gustado dibujar y un día decidí probar y juntar pasiones"
Ricardo Díaz comenzó a trabajar en los salones de boda en el año 1998 y desde entonces trata de no repetir dibujos con los que ganarse al público gracias a su particular arte. "Si consigo que me impresione, impresionará a la gente también. Soy muy detallista y si el resultado no me convence no lo entrego" detalla.
Durante todo este tiempo ha llegado a realizar más de un centenar de dibujos en los que su único pincel es el cuchillo y la única pintura el jamón ibérico de Extremadura. La elección está clara: "Siempre busco jamones extremeños porque yo apoyo siempre al sector de nuestra tierra" sostiene orgulloso durante la conversación. Así, en sus trabajos se pueden ver gladiadores, el Templo de Diana de Mérida, numerosos escudos de equipos de fútbol, caballos, tradiciones y un largo etcétera, aunque siente especial predilección por su ciudad, Mérida, y su pasado romano.
La experiencia aquí, sin duda, es un grado. "Ya son muchos años y aunque me siento satisfecho me pongo a pensar qué puedo hacer nuevo para impresionar. Tiene que surgir la inspiración" detalla cuando se le pregunta por este particular proceso creativo que se plasma en un arte efímero que él inmortaliza en fotografías que luego publica a través de sus redes sociales. Entre sus creaciones más llamativas se encuentra una tarántula que hizo con lonchas de jamón.
Una demostración pública
Ricardo crea sus obras de arte y gastronomía prácticamente delante del público para el que trabaja. Cuando asiste a una celebración prepara los platos de jamón y el dibujo lo termina ante los invitados con la presión que ello supone.
"Siempre busco jamones extremeños porque yo apoyo siempre al sector de nuestra tierra"
Una presión a la que se suma también la exigencia y el nivel de detalle que el maestro cortador quiere trasladar a sus platos, pues reconoce que en algunas ocasiones no entrega el plato si el resultado no alcanza su filtro de calidad y creatividad.
Él lo reconoce: "me gusta alcanzar la perfección en los dibujos y con el tiempo he tratado de conseguirla e incluso de llegar un poco más lejos". En la actualidad también desempeña su labor profesional en la empresa de jamones ibéricos Rosco de Montánchez.